Nov 10 2010
Un microcuento sin final
Hace tres años que la fanática del futbolista más popular en el país empezó a seguir todos los pasos al atleta que nunca sospechaba nada. Se llamaba Marisol y había asistido a todos de sus partidos importantes, memorizado cada detalle en su biografía oficial y construido un santuario pequeño en su armario dedicado a él. Un día, Marisol decidió que convencería al futbolista para que dejara a su esposa y entonces se casara con ella. Entró en su casa una noche sin pedir permiso y de repente…